No existen dudas: someterse a una
operación puede ser estresante tanto para los niños como para los adultos. Si
su hijo tiene programada una intervención quirúrgica, es posible que usted
tenga preguntas o inquietudes acerca de la anestesia en particular. La idea de
que su hijo esté inconsciente o de que pierda temporalmente la sensibilidad
puede ser absolutamente desconcertante, ya sea que tenga 7 meses o 17 años.
Ya sea que se trate de un procedimiento
con una inyección para adormecer un área o de una intervención quirúrgica más
importante en la que su hijo estará "dormido", conocer los aspectos
básicos sobre la anestesia puede ayudar a responder sus preguntas y aliviar
algunas inquietudes suyas y del niño.
Acerca de la anestesia
Básicamente, la anestesia es el uso de
medicamentos para evitar el dolor o la sensación durante una intervención
quirúrgica u otros procedimientos que podrían ser dolorosos (como los puntos de
sutura o la extracción de verrugas). Los diferentes tipos de anestesia, ya sea
que se administren como inyección o mediante la inhalación de gases o vapores,
afectan el sistema nervioso de varias formas al bloquear los impulsos nerviosos
y, por lo tanto, el dolor.
En los hospitales y centros quirúrgicos de hoy, profesionales
muy capacitados usan una amplia variedad de medicamentos modernos y seguros, y
tecnología de monitoreo sumamente calificada. Un anestesista es un médico que se especializa en administrar y
controlar los anestésicos (medicamentos que adormecen un área del cuerpo o
ayudan a que su hijo se duerma y permanezca dormido). Un anestesista pediátrico
cuenta con capacitación especializada adicional que lo habilita para brindar
atención a niños.
Además de administrar medicamentos para la
anestesia como parte de los preparativos para la intervención quirúrgica, el
anestesista:
- Supervisará las principales funciones corporales de su hijo (como la respiración, la frecuencia y el ritmo cardíacos, la temperatura corporal, la presión arterial y los niveles de oxígeno en la sangre) durante la operación.
- Tratará cualquier problema que pueda surgir durante la cirugía.
- Controlará cualquier dolor que su hijo pueda tener después de la intervención quirúrgica
- Mantendrá a su hijo lo más cómodo posible antes, durante y después de la intervención quirúrgica
Un enfermero anestesista especialmente
capacitado, un médico residente o un estudiante de enfermería de anestesia, que
trabajan con el anestesista y el cirujano, también pueden ayudar a administrarle
la anestesia a su hijo (aunque el anestesista será el que controle la anestesia
y tome todas las decisiones importantes relacionadas con la anestesia durante
la operación).
Tipos de anestesia
La anestesia se divide en tres
categorías principales: general, regional y local; todas se pueden administrar
mediante varios métodos y diferentes medicamentos que afectan el sistema
nervioso de alguna manera. La Sociedad Americana de Anestesistas (American
Society of Anesthesiologists, ASA) compara el sistema nervioso con
el sistema telefónico de una oficina, con el cerebro como el conmutador, los
nervios como los cables y las partes del cuerpo que sienten dolor como los
teléfonos.
Anestesia
general. El
objetivo es dejar a la persona completamente inconsciente (o
"dormida") y mantenerla en este estado durante la cirugía, sin
sensaciones, sentimientos de dolor, conciencia, movimiento o memoria de la
cirugía. La anestesia general se puede administrar a través de una vía
intravenosa (que requiere la inserción de una aguja en una vena, generalmente
del brazo) o mediante la inhalación de gases o vapores.
Anestesia
regional. El
medicamento anestésico se inyecta cerca de un grupo de nervios, y adormece una
extensa área del cuerpo (como desde la cintura hacia abajo). Un niño que recibe
anestesia regional, en general, se encuentra dormido antes de que se realice el
procedimiento. Sin embargo, los niños mayores o aquellos que correrían un
riesgo anestético no aceptable pueden estar despiertos o sedados durante el
procedimiento. Por ejemplo, si un niño tiene sobrepeso, es posible que le
resulte difícil al anestesista palpar los huesos que lo guían a la ubicación
correcta de la aguja.
Anestesia
local. Un
medicamento anestésico local adormece solo una pequeña parte del cuerpo (por
ejemplo, una mano o un área de la piel). Según el tamaño del área, la anestesia
local se puede administrar como inyección, aerosol o ungüento. Con la anestesia
local, la persona puede estar despierta, sedada o dormida. La anestesia local
suele usarse para intervenciones quirúrgicas menores y procedimientos en
pacientes ambulatorios (pacientes que llegan para someterse a una operación y
se pueden ir a sus hogares el mismo día). Probablemente, este es el tipo de
anestesia que se usará si a su hijo le realizan una intervención quirúrgica en
una clínica o en el consultorio médico (como el dentista o el dermatólogo).
Además, los anestesistas pueden administrar un sedante a los
niños, a fin de ayudarlos a que estén somnolientos o se relajen antes de darles
anestesia general, regional o local. ¿Por qué? Puesto que muchos niños le temen
a las agujas y tal vez les resulte difícil quedarse quietos y en calma, es
posible que los médicos tengan que ayudarlos a que se relajen primero. De ese
modo, los niños solo deben inhalar dentro de una máscara para quedarse
dormidos. Este abordaje ayuda a aliviar en parte la ansiedad que provocan las
agujas y el procedimiento quirúrgico en general.
El tipo y la cantidad de anestesia se adaptarán específicamente a
las necesidades de su hijo, y dependerán de varios factores, entre ellos, la
edad y el peso del niño, el tipo y el área de la intervención quirúrgica,
cualquier alergia que su hijo pueda tener y el cuadro clínico del niño al
momento del procedimiento. Usted y el anestesista pueden decidir qué es lo
mejor para su hijo.
Efectos secundarios comunes
Cuando su hijo se despierte de la
operación, muy probablemente se sentirá desorientado, aturdido y un poco
confundido. Algunos otros efectos secundarios comunes que deben desaparecer con
bastante rapidez son los siguientes:
- Náuseas o vómitos, que se pueden aliviar generalmente con un medicamento para las náuseas.
- Escalofríos o temblores.
- Dolor de garganta (si se usó un tubo para ayudar con la respiración)
¿Cuáles son los riesgos?
Hoy en día, la anestesia es muy segura. En
muy pocos casos, la anestesia puede causar complicaciones en los niños (como
ritmos cardíacos extraños, problemas respiratorios, reacciones alérgicas a los
medicamentos e incluso la muerte). Los riesgos dependen del tipo de
procedimiento, el estado del paciente y el tipo de anestesia usado. Hable con
el médico, el cirujano o el anestesista de su hijo sobre las inquietudes que
tenga.
La mayoría de las complicaciones, en
general, se pueden prevenir simplemente al proporcionarle al anestesista, antes
de la cirugía, información completa sobre:
- La salud actual o pasada de su hijo (incluidas enfermedades o afecciones, como resfriados recientes o actuales, u otros problemas, como ronquidos o depresión).
- Cualquier medicamento (con receta o de venta libre), suplemento o remedio a base de hierbas que su hijo esté tomando.
- Todo tipo de alergia (especialmente a alimentos, medicamentos o látex) que su hijo pueda tener.
- Si su hijo fuma, bebe alcohol o consume alguna droga recreativa (esto generalmente se aplica a los adolescentes mayores)
- Cualquier reacción previa que su hijo o un miembro de la familia hayan tenido a la anestesia
Para garantizar la seguridad de su hijo
durante la intervención quirúrgica, es extremadamente importante responder
todas las preguntas del anestesista de la forma más sincera y minuciosa
posible. Lo que puede parecer inofensivo podría incidir en la forma en que su
hijo reacciona a la anestesia.
También es importante que su hijo siga las
recomendaciones del médico sobre qué no hacer antes de la intervención
quirúrgica. Probablemente, su hijo no podrá comer ni beber (generalmente nada
después de la medianoche del día anterior) y es posible que deba interrumpir la
administración de los suplementos a base de hierbas u otros medicamentos
durante un período de tiempo determinado antes de la intervención quirúrgica.
La idea de someterse a una operación y
recibir anestesia puede generar miedo tanto a los padres como a los hijos. Sin
embargo, puede estar tranquilo de que la seguridad de los procedimientos
anestésicos ha mejorado muchísimo en los últimos 25 años, gracias a los avances
de la tecnología y la amplia capacitación que reciben los anestesistas.
Cuanto más informado, calmo y tranquilo se
encuentre con respecto a la intervención quirúrgica y la seguridad de la
anestesia, probablemente más fácil resultará la experiencia para usted y su
hijo.
Fuente: kidshealth.org
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