La empatía es una cualidad que poseen las personas que son capaces de
ponerse en el lugar del otro, compartiendo
su dolor o su alegría, sus preocupaciones o sus esperanzas.
Esta habilidad social tan valorada -aunque
no tan extendida como nos gustaría- pone a estas personas en una situación
especial que los diferencia de aquellas que carecen de empatía. Por eso hay situaciones
que solo la gente empática es capaz de comprender.
¿Quieres
conocerlas? Algunas de ellas son las siguientes:
1 – Es posible tener buenas intenciones incluso en los peores momentos
Las personas empáticas tienen tendencia a ser indulgentes respecto a los
defectos y debilidades de las personas. Por
eso, una persona empática es capaz de entender que incluso en las peores circunstancias,
una persona es capaz de tener buenas intenciones, de pedir perdón o de apreciar
cualquier gesto bueno en su beneficio.
2 – La primera impresión no es la que cuenta
Rara vez
podemos ofrecer lo mejor de nosotros mismos en el primer contacto. Puede que ni
siquiera podamos hacer en el segundo ni el tercero.
Las personas empáticas comprenden que la primera impresión no es tan
importante como la pintan, y que es
posible superarse a medida que la confianza crece. Las personas empáticas saben
que conocer a una persona lleva toda una vida.
A todos nos
gusta que nos escuchen y que nos dejen hablar
sin sentirnos juzgados. Las personas empáticas saben que escuchar es
una gran virtud y que, cuando alguien necesita hablar, su silencio es un
regalo, incluso aunque el otro tarde en arrancarse a desnudar su
corazón.
4 – Cuando hay que estar, se está
Las personas empáticas sufren el
dolor y la alegría de las personas que quieren, y saben cuándo deben estar. Pero también saben cuándo sobran y
tienen que marcharse.
5 – Es difícil cortar los lazos
tóxicos
El problema que tienen las personas empáticas es que les cuesta cortar los lazos
con las personas que resultan tóxicas en su vida porque emocionalmente están
conectados.
Para otros es fácil desprenderse de
aquellos que les hacen sufrir, pero para una persona empática es un duro trabajo de desvinculación emocional que nunca se rompe por completo.
6 – Los demás no siempre están a la altura de las
expectativas
Las personas empáticas saben lo que necesitan los demás y
cuándo dárselo a la gente. Sin embargo, cuando ellos son los que necesitan de
otros o esperan algo de ellos no suelen recibirlo. Esto provoca en las personas
empáticas una
sensación de vacío y frustración.
Aun así, no son capaces de devolver la misma moneda, y
siguen haciendo lo que tienen que hacer cuando sienten que deben hacerlo.
7 – Cuidar las palabras antes de hablar es una premisa
inviolable
Las personas empáticas cuidan
sus palabras antes de hablar, especialmente cuando la felicidad
o el ánimo de la otra persona está en juego. Las personas empáticas buscan las palabras que el otro necesita oír y las dicen con delicadeza, buscando
la manera de no hacer daño.
8 – Hacer de abogado del diablo es una de sus
especialidades
Las personas empáticas se encuentran a menudo en
situaciones complicadas en las que ejercen de abogado del diablo con el fin de ayudar al otro
a aclarar sus pensamientos.
Las personas empáticas no se conforman con decir lo que el
otro quiere oír, sino que le demuestran la realidad con eficacia e
inteligencia.
9 – La vida nunca es en blanco y
negro, sino en varios tonos de gris
Las personas empáticas no viven
la vida en los extremos, sino que disfrutan los matices. Cuando alguien se pone en uno de los
extremos, las personas empáticas son capaces de mostrarle que no todo es blanco
o negro, mostrándole todas las posibilidades que hay por el camino.
Fuente: La mente es maravillosa
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